El 54% de las mujeres se sienten inseguras con su aspecto durante la menopausia
La menopausia trae como consecuencia una piel seca, deshidratada y con arrugas. Un 87% de las mujeres nota cambios en su piel durante este tiempo.
Según un estudio presentado en el Congreso Mundial de Medicina Antienvejecimiento de Montecarlo, el 54% de las mujeres se sienten inseguras con su aspecto durante la menopausia.
¿Cómo cambia nuestro cuerpo en la menopausia?
En general, a partir de los 50 años, la piel se muestra más seca, fina, flácida y áspera, con arrugas y cambios de pigmentación, dilataciones vasculares, dificultad de cicatrización o crecimiento de diversas formaciones benignas (queratosis, hiperpigmentaciones…). La hidratación cutánea disminuye, por efecto fisiológico o por culpa del sol. La Dra. María José Alonso, dermatóloga del Hospital Torrecárdenas de Almería y miembro de la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venereología), nos explica que “disminuye la capacidad de reparación de los tejidos, aumenta la laxitud cutánea, sobre todo en aquellas mujeres que no siguen un tratamiento hormonal sustitutivo y quienes reciben gran cantidad de radiación ultravioleta a lo largo de su vida. Al haber menos colágeno, la piel es menos elástica. Aminora la elasticidad y aparece la flacidez, sobre todo en el rostro, brazos y muslos”.
“Los estrógenos estimulan los depósitos de grasa en el cuerpo femenino, y durante el climaterio estos se redistribuyen, disminuyendo la grasa en zonas como el rostro, piernas, brazos y mamas, y aumentando a nivel abdominal, de nalgas y muslos”, explica la dermatóloga Alonso.
“El tratamiento hormonal sustitutivo puede mejorar algunas de las propiedades mecánicas de la piel y puede ralentizar el proceso de envejecimiento intrínseco, aunque no tiene influencia sobre las otras formas de envejecimiento, como el provocado por el sol o el medioambiente (contaminación, tabaco, etc)”, explica la dermatóloga Mª José Alonso.
¿Qué tratamientos son los más adecuados para la piel?
A. En Casa:
–Una correcta higiene. La primera debe hacerse con jabones líquidos no irritantes que mantengan el pH alcalino (entre 4 y 6), para no alterar la barrera hidrolipídica. Actualmente se utilizan emulsiones que dejan una ligera película oclusiva sobre la superficie. Después, conviene secar sin fricción.
–Productos antioxidantes. Para la Dra. Alonso, los tratamientos cosméticos deben contener antioxidantes, como la Vitamina C, E, o ácido ferúlico y retinoides durante la noche.
–Hidratación por dentro y por fuera. Es conveniente ingerir diariamente al menos un litro de agua, y hay que utilizar un cosmético hidratante tras el baño, insistiendo en brazos y piernas. Los preparados que incrementan la hidratación de rostro y cuerpo poseen una composición de lípidos y agua que deja una película oclusiva sobre la superficie.
–Protección ante la radiación solar. A pesar del efecto beneficioso del sol en dosis controladas, su exceso causa la mayoría de los signos cutáneos de envejecimiento. Hay que moderar la exposición sobre todo al medio día, utilizar fotoprotectores de amplio espectro adecuados a nuestra piel y tipo de actividad y escoger las prendas de vestir precisas.
–Alimentación equilibrada: Rica en proteínas, antioxidantes y pobre en un exceso de carbohidratos. Es esencial evitar el sobrepeso y limitar el alcohol y el tabaco.
–Gestos cotidianos: Dejar a un lado prendas ásperas, cambios bruscos de temperatura y estrés.
B. En la consulta:
Una vez instaladas, las lesiones de envejecimiento pueden mejorar con un tratamiento dermatológico o quirúrgico adecuado. La aplicación de peelings químicos, las inyecciones de Ácido Hialurónico o los implantes faciales, la toxina botulínica, la criocirugía, la cirugía estética (lifting, lipoescultura, perfiloplastia o cirugía del perfil) y el láser ofrecen resultados excelentes.
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