En público y en privado…ejemplaridad

En público y en privado

“El hombre es un animal de costumbres” De Darwin y sus estudios sobre el comportamiento de las especies, a Charles Dickens que escribo numerosas obras sobre el carácter del ser.

También es conocido ese dicho de que el hombre es el único animal que tropieza hasta tres veces con la misma piedra… La sabiduría popular transcurre en el ideario colectivo de generación en generación y casi nunca se equivoca.Me ha parecido oportuno situar así el marco de referencia de este artículo que hoy escribo con dosis de indignación contenida y cierto sabor agrio, por el deplorable comportamiento de algunos hombres hacia el género femenino que hemos conocido en los últimos días en los medios de comunicación.

Hombres que ejercen cargos públicos y políticos y que están llamados, cuanto menos, a ser ejemplares, en educación y respeto, dignos en el desempeño de sus funciones. Al menos eso es lo que esperábamos de ellos, hasta ahora.

Cuando pensábamos eufóricas que el feminismo nos liberaría de la verborrea de los machistas trogloditas y de los sutiles misóginos, nos encontramos con los machistas supremacistas…

Afortunadamente, cada vez son menos en número y el rechazo que provocan es compartido también por otros hombres. Pero es un fenómeno para seguir analizando en profundidad.

A lo mejor algunos de los Observatorios que se han creado en Catalunya, podrían poner el foco en esto. Bastantes problemas tenemos ya las mujeres intentando superar las desigualdades sistémicas, como para tener que llamar la atención y reeducar a ciertos señores que no saben comportarse.

El equilibrio entre lo público y lo privado es complejo

El equilibrio entre lo público y lo privado es complejo, ya lo sabemos, la clase política y la que se sienta en las tertulias de cada día nos ofrece ejemplos “gráficos” de lo aparentemente difícil que es.

El predominio de la opinión “normalizada” masculina es insultante. No se trata tanto de aquello de que un día se dice una cosa y a la semana siguiente se cambia de opinión, y se dice todo lo contrario, no.

Se trata de una doble moral, de un proceder hacia fuera siguiendo las normas de convivencia de cara a la galería y cuando se está en privado, esa compostura desaparece y se convierte en un comportamiento primitivo desdeñable

Decía el dramaturgo griego Esquilo: “Si tienes dos caras, tarde o temprano una de ellas se presentará en la escena que no le corresponde y te delatará”.

La coherencia es un preciado tesoro, un recurso que toda persona pública o política debería integrar en su quehacer diario. Es el hilo conductor de su autenticidad, de su reputación, y de la narrativa que relata en tiempo real lo que define quién es.

En la construcción de la personalidad y el carácter, sin coherencia no hay ejemplaridad, del mismo modo que sin equilibrio, una estructura arquitectónica se acabará derrumbando.

Las mujeres debemos ser más exigentes y rechazar toda práctica machista e impropia que nos estigmatice como objetos y violente nuestra integridad como sujetos, venga de donde venga.

Llega el momento de caminar juntas para superar este estado insufrible de ser consideradas (en privado) como”partes del cuerpo” cosificadas, que por lo que vamos conociendo, aún predomina en el imaginario androcéntrico de muchos hombres, teóricamente con cultura, y convertirnos, nosotras mismas, en nuestras propias prescriptoras (dar sentido, valor y definición) de lo que es ser sujeto mujer en el siglo XXI.

Conclusión

Mi reflexión de hoy gira en torno a esta cuestión. El juego perverso de aparentar ser en público lo que en verdad no se es en privado. Dicho de otro forma, lo que en público se acepta como norma de convivencia y respeto, en privado se vulnera y esto es altamente preocupante.

Escrito por MF.

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