Qué es la dermatitis atópica y cómo aliviar sus síntomas

La dermatitis atópica es una enfermedad que debuta en la infancia y tiene una incidencia muy elevada en los niños, aunque también puede presentarse en adultos.

La dermatitis atópica es una enfermedad que alterna periodos de calma con otros de brote. En los periodos de calma la piel se presenta seca, con escamas y agrietada, mientras que en los periodos de brote aparecen manchas y granitos rojos en localizaciones muy características, como son los pliegues de los brazos, detrás de las rodillas y en la cara. Una característica de esta enfermedad es el picor que puede causar irritabilidad.

No existe ningún tratamiento curativo para la dermatitis atópica. El objetivo del tratamiento es la reducción de los síntomas, disminuir el número de recurrencias y controlar a largo plazo la enfermedad. Se trata de un tratamiento que debe individualizarse según la gravedad de la dermatitis. Núria Bosch, vicepresidenta del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona (COFB), nos da algunas pautas y consejos para lidiar con este tipo de piel:

Higiene

En todos los casos la higiene es el primer paso del cuidado de la piel, ya sea con una función preventiva, como
coadyuvante de tratamientos, y a menudo imprescindible para espaciar los brotes.

  • Utilizar productos de higiene corporal que mantengan el ph de la piel y respeten el manto hidrolipídico natural.
    • Se recomienda la ducha no muy prolongada, mejor que el baño, con agua templada, de máximos 15 minutos de duración, utilizando siempre syndets suaves (también denominados jabones sintéticos o jabón sin jabón) o aceites de limpieza.
    • Utilizar productos sin perfume y después de la ducha secar sin frotar excesivamente la piel, dando pequeños toques con toallas suaves de algodón, para no arrastrar la protección natural de la piel (secar mediante ligeros toques con toallas suaves de algodón).

Hidratación

La piel debe estar siempre bien hidratada para evitar en lo posible brotes e infecciones de la piel que pueden aparecer por el rascado.

  • Hidratar la piel inmediatamente después de la ducha, cuando aún está húmeda, para potenciar la hidratación. Aplicar la crema un mínimo de 2 veces al día.
    • Emplear productos emolientes/hidratantes, sin perfume e hipoalergénicos.
    • Las áreas de la piel más enrojecidas y afectadas deberán ser tratadas solamente con medicamentos y/o coadyuvantes específicos.

 Otros consejos

  • Utilizar a diario ropa de algodón, preferiblemente blanca y no excesivamente ajustada.
    • Evitar frío, calor o sudoración excesiva.
    • Mantener siempre las uñas cortas y limpias para evitar lesiones de rascado.

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