Cómo afecta el cambio climático a nuestra piel y cómo podemos evitarlo

La contaminación, el aumento de las temperaturas y el impacto de los rayos solares provocan o empeoran la dermatitis atópica, los signos de envejecimiento y estrías, las erupciones cutáneas, la urticaria o el eczema.

Los bebés y sus madres deben extremar las precauciones. Usar productos de cosmética natural y comprometidos con el medioambiente puede ser una solución.

La piel de los bebés

La piel de los bebés es hasta 10 veces más fina que la piel de los adultos. Esto hace que sea una piel más sensible y con tendencia a seca y que en las rutinas diarias como son el baño, la hidratación y el cuidado del culito son más recomendables productos de cosmética natural como pueden ser un gel champú, un aceite hidratante y una pasta al agua, sin alergenos, testados bajo supervisión pediátrica. En estos productos el aceite de semilla de algodón aportará suavidad y protección a la piel del bebé.

La piel de la mamá

La piel de la mamá necesita cuidados especiales. Durante el embarazo se producen cambios muy significativos en el pecho de la mujer, en su pezón, ya que se está preparando para la lactancia. También la piel del abdomen y del pecho sufre un estiramiento y pueden aparecer estrías. Durante el embarazo la zona genital de la mujer se vuelve más sensible. El uso de un aceite íntimo como protector e hidratante ayuda al bienestar íntimo y puede utilizarse también en el masaje perineal. Un bálsamo para los pezones protegerá y reparará esta parte tan sensible del pecho. Y se recomienda un aceite para la prevención de las estrías y el cuidado de estas en el caso de que estén apareciendo. Se recomienda que todos los productos cosméticos para la mamá sean 100% naturales. En los productos para la mamá el aceite de semilla de calabaza aporta elasticidad, suavidad y regenera los tejidos.

Anna Vilaseca, CEO de Famiskin cosmetics, nos habla de más factores para tener en cuenta: “Hay que cuidar las texturas y hacer del momento de uso del cosmético una experiencia sensorial agradable”, apunta. “Que los productos han de proteger la piel y prevenir afecciones, es más que obvio, pero también han de ser fáciles de aplicar, agradables, promover el vínculo madre-bebé y ser respetuosos con el planeta”, remarca. Finalmente, Anna apunta “Hay que apostar por la circularidad y la maximización de los usos del producto, para no malgastar recursos ni energía. Por eso cuidamos a las familias, somos pet friendly, y la gama es apta para veganos”.